Fundamentación. Marco Teórico
La propuesta que presento se fundamenta a partir de
tres enfoques: El paradigma humanista en la educación, el paradigma
Socio-Cultural y la teoría del aprendizaje situado y comunidad de práctica. En
ellas en concordancia con los planes y programas de estudio, vemos al docente
como un ser social, con disposición, libertad y conciencia para elegir y tomar
sus propias decisiones, lo que se traduce en un ser activo y constructor de su
propia vida; dentro de la interacción con otros.
En
las comunidades de mejora docente basadas en el aprendizaje cooperativo vs
colaborativo- dialógico, indagamos sobre los beneficios de contar con una
comunidad de aprendizaje, comunidad de práctica o comunidad profesional de
aprendizaje para intercambiar, colaborar e innovar hacia mejores resultados
escolares. Ponderamos en este estudio a las Comunidades Profesionales de
Aprendizaje como estrategia de profesionalización y de mejora en la gestión de
la escuela y aula.
Paradigma humanista en la educación.
Después de la Edad Media el humanismo
rompió las tradiciones escolares medievales al exaltar en su totalidad las
cualidades de la naturaleza humana, se buscó descubrir al hombre y dar un
sentido racional a la vida, una nueva imagen del mundo. Los pensadores
humanistas fueron intérpretes de nuevas aspiraciones humanas, antes la
filosofía escolástica tenía por centro era la vida religiosa y la inmortalidad
ultraterrena. El humanismo la sustituye por una reflexión filosófica abundante en
productos racionales y en una idea del hombre como humano, verdadero e
integral. Se da un nuevo pensamiento pedagógico con ideas y
doctrinas en la educación con cualidades de liberalismo, de realismo e
integridad. Se reconoce el valor de la persona, el educando es la parte más
significativa en la enseñanza. Se suprimen los castigos corporales.
El realismo reconoce la naturaleza del
educando como punto de partida para su educación, se mira el ambiente
escolar. La integridad refiere la amplitud de la educación para
cultivar aquello en lo que tenga capacidad, el alma humana tiene un conjunto de
potencialidades y que es preciso hacer que todas ellas se desarrollen.
Tomás Campanella (1568-1639), que en su
obra utópica “La ciudad del Sol”, señala a la educación como un medio para
ennoblecer a los hombres, formando a todos en las artes, cuidando fortalecer el
vigor físico y haciendo mención de que para el aprendizaje se requiere la
observación y la práctica directas. Francisco Rabelais aparece en Francia, clama
por una educación útil. Miguel de Montaigne en sus ensayos, menciona una
educación para formar a un hombre mejor, libre de prejuicios sociales y falsos
orgullos, haciendo del educando un ser reflexivo que muestre una cabeza mejor
formada que llena de conocimientos. Juan Luis Vives en “El Tratado de la
Enseñanza” y “La Pedagogía Pueril”, considera a la sabiduría como la
diosa que gobierna la educación y al maestro como un padre amoroso de sus
discípulos que comparte su saber. En “Tratado del Alma” concibe la educación
como un medio constructivo para una vida plena, digna y edificante, cuya meta
final son los valores morales. Juan Amós Comenio (1592-1671) en “Didáctica
Magna”, asiente la importancia de enseñar de todo a todos, cuya razón no es
obtener un saber profundo y perfecto de todas las disciplinas, sino los
fundamentos y fin de cada una de ellas. Propone en el alumno el cultivo de sus
sentidos para terminar en el cultivo de la voluntad; así el alumno desarrolla
sus propias facultades y llega a formarse una personalidad original, lo mejor
era cuidarlo como un árbol para que diera sus propios frutos.
En el siglo XX entendemos el
paradigma humanista en educación como un modelo antiautoritario. Se sitúa de
manera distinta al conductismo. En educación, el conductismo se relaciona con
las reacciones humanas automáticas. El proceso educativo se reduce a factores
externos, estímulos y reacciones observables, olvidando o no dando valor a las
actitudes y motivaciones. La acción humana se explica mediante el arco reflejo
y el hombre se reduce a un mero mecanismo. Ejemplos de estos condicionamientos
pueden ser la memorización (ley de la repetición), el desarrollar trabajos de
imitación en los cuales ya se saben los resultados de antemano. El docente no
permite la reflexión y limita la creatividad. Así las conductas son observables
y medibles. La falla del conductismo reside en la explicación mecanicista de la
compleja acción humana. La motivación se logra mediante la actividad reforzada,
de la repetición condicionada. El humanismo se refiere al estudio y promoción
de los procesos integrales de la persona. La personalidad humana es una
organización o totalidad que está en continuo proceso de desarrollo y la
persona debe ser estudiada en su contexto interpersonal y social. El humanismo
incorpora del existencialismo la idea de que el ser humano va creando su
personalidad a través de las elecciones o decisiones que continuamente toma
frente a diversas situaciones y problemas que se le van presentando durante su
vida. Las conductas humanas no son fragmentarias e implican aspectos naturales
como el egoísmo, el amor, las relaciones interpersonales afectivas, las
cuestiones éticas, los valores como la bondad, o aspectos naturales físicos
como la muerte, la sexualidad, entre muchos otros. (Velasco, 2018)
El paradigma humanista es una corriente
que enfatiza la significación, el valor y la dignidad de las personas para
potenciar su actividad, libertad y autonomía. En el siglo parado surgió como
una escuela nueva en donde se buscó un cambio de roles en términos de educación
para que el niño lograra más libertad, autonomía y un aprendizaje afectivo. En
la psicopedagogía, los humanistas promueven una enseñanza flexible y abierta
donde se extrapola la experiencia y el trabajo clínico de la psicología al
campo educativo. Se considera que los objetivos de los procesos educativos son
terapéuticos, la educación es una actividad terapéutica en sí misma. Retoma las
concepciones del existencialismo donde la personalidad se forma a través de las
elecciones propias del hombre como un agente electivo. El existencialismo
aporta los puntos siguientes: El ser humano es electivo, capaz de elegir su
propio destino; es libre para establecer sus propias metas de vida y es
responsable de sus propias elecciones. Se basa en la fenomenología al enfatizar
el papel que juega la consciencia humana sobre en su realidad experiencial
desde una percepción interna o externa, siendo todas ellas acontecimientos
subjetivos. En el ámbito de la psicología, definen tres aspectos fundamentales
para la comprensión de la teoría: la personalidad, la relación terapéutica y el
aprendizaje significativo. Cfr. (Velasco, 2018)
Existen postulados comunes a la mayoría
de los psicólogos humanistas que nos señalan a un ser humano:
· Como
una totalidad. Idea con énfasis holista, el ser humano debe estudiarse en su
totalidad y no fragmentado.
· Poseedor
de un núcleo central estructurado, es decir, su “yo”, su “yo mismo” (self) que
es la génesis y estructura de todos sus procesos psicológicos.
· Tiende
naturalmente a su autorrealización. Ante las situaciones negativas debe
trascenderlas; si el medio es propicio, genuino y empático y no amenazante, las
potencialidades se verán favorecidas.
· Es
un ser en un contexto humano y vive en relación con otras personas.
· Es
consciente de sí mismo y de su existencia, nos conducimos con lo que fuimos en
el pasado, preparándonos para el futuro.
· Tiene
facultades de decisión, libertad y conciencia para elegir y tomar sus propias
decisiones, lo que se traduce en un ser activo y constructor de su propia vida.
· Es
intencional, los actos voluntarios se reflejan es sus propias decisiones o
elecciones.
En el humanismo la educación centra su
ayuda decidir lo que somos y lo queremos llegar a ser. Los alumnos son
diferentes y debemos de apoyarlos a construir una identidad propia; en esta
visión consideramos las ideas humanistas de Hernández Rojas Gerardo, Carl
Rogers y Abraham Maslow.
Hernández Rojas Gerardo menciona que la
educación tradicional, hace hincapié en la enseñanza directa y rígida,
predeterminada por un currículo inflexible y centrado en el profesor. La
educación humanista es de tipo indirecto, ya que el docente permite que los
alumnos aprendan impulsando y promoviendo todas las exploraciones, experiencias
y proyectos, que estos preferentemente inicien o decidan emprender y logren
aprendizajes vivenciales con sentido. El paradigma humanista considera a los
alumnos como entes individuales, únicos y diferentes de los demás. Son seres
con iniciativa, con necesidades personales de crecer, con potencialidad para
desarrollar actividades y solucionar problemas creativamente; no son seres que
participan cognitivamente, poseen afectos, intereses y valores particulares son
personas totales. La finalidad del humanista es formar a los estudiantes en las
tomas de decisiones en ámbitos en donde el respeto de los derechos de la
persona, lo justo y lo injusto son cuestionados. Los rasgos que debe tomar el
docente humanista son: ser un maestro interesado en el alumno como persona,
procurar estar abierto a nuevas formas de enseñanza, fomentar el espíritu
cooperativo, ser auténtico y genuino ante los alumnos, intentar comprender a
sus alumnos poniéndose en su lugar (empatía) y ser sensible a sus percepciones
y sentimientos, rechazar las posturas autoritarias y egocéntricas, el poner a
disposición de los alumnos sus conocimientos y experiencias y que cuando lo
requieran puedan contar con ellos. Cfr. (Hernández & Díaz, 1997)
Carl Rogers ha analizado el concepto de
aprendizaje, afirma que el alumno desarrollará su aprendizaje cuando llegue a
ser significativo, esto sucede cuando se involucra a la persona como totalidad,
incluyendo sus procesos afectivos y cognitivos, y se desarrolla en forma
experimental. El alumno requiere considerar el tema como algo importante para
sus objetivos personales. El aprendizaje mejora al ser participativo, el alumno
decide, mueve sus propios recursos y se responsabiliza de lo que va a aprender.
Es importante promover un ambiente de respeto, comprensión y apoyo, en donde el
profesor no utilice recetas estereotipadas sino que actúe de manera innovadora
y así sea él mismo, que sea auténtico. La participación es el método más eficaz
de aprendizaje, es básico considerar el contexto social del
individuo. (Elizalde, Martí, & Martínez, 2006)
Abraham Maslow define la relación
terapéutica entre terapeuta-paciente o maestro-alumno como un vínculo de
motivación hacia el aprendizaje y el cambio que surge a partir de una tendencia
hacia la autorrealización. La relación terapéutica de Maslow es una
profundización de su modelo de motivación humana ilustrada en lo que se conoce
como la pirámide de Maslow, cuya cúspide se encuentra la autorrealización. El
paradigma humanista se caracteriza por su aplicación en el área de la educación
para formar a una persona sana, libre y autónoma. Las decisiones educativas
deben satisfacer las necesidades de cada individuo. Conceden al conocimiento
personal tanto valor como al conocimiento público, tienen en cuenta el
desarrollo de cada individuo, pero respetando el desarrollo de los otros
individuos. Se consideran al maestro como un individuo más, su
actitud no debe ser directiva sino facilitadora. Cfr. (Elizalde, Martí,
& Martínez, 2006)
Paradigma Socio-Cultural.
El paradigma sociocultural o histórico
cultural, fue desarrollado por L. S. Vygotsky a partir de la década de 1920.
Después del periodo estalinista, la obra de Vygotsky fue revalorada en la Unión
Soviética, sus obras salieron nuevamente a la luz a partir de 1956, luego de
permanecer oficialmente prohibidas desde los años treinta, con un
enorme interés en desarrollar la teoría. En Estados Unidos a partir de los
ochenta, se ha manifestado una tendencia creciente por retomar sus ideas e
hipótesis básicas de gran potencial heurístico, con el fin de comprobarlas o
desarrollar más allá las líneas de investigación propuestas por él. Algunos de
estos trabajos se han llevado a cabo y siguen realizándose con mucho dinamismo
en campos como la cognición cotidiana, la psicolingüística, la psicología
evolutiva, las investigaciones interculturales, y la educación, por autores
como J. Bruner, M. Cole, S. Scribner y el grupo del Laboratorio de Cognición
Humana Comparada, entre los más representativos. (Chávez, 2007)
En esta teoría, llamada también
constructivismo situado, el aprendizaje tiene una interpretación audaz: Sólo en
un contexto social se logra aprendizaje significativo, contrario a lo que está
implícito en la teoría de Piaget, no es el sistema cognitivo lo que estructura
significados, sino la interacción social. (Chávez, 2007)
El lenguaje es la herramienta cultural
de aprendizaje más eficaz. El individuo construye su conocimiento porque es
capaz de leer, escribir y preguntar a otros y preguntarse a sí mismo sobre
aquellos asuntos que le interesan. Aún más importante es el hecho de que el
individuo construye su conocimiento no porque sea una función natural de su
cerebro sino porque literalmente se le ha enseñado a construir a través de un
dialogo continuo con otros seres humanos. La construcción mental de
significados es altamente improbable si no existe el andamiaje externo dado por
un agente social. La mente para lograr sus cometidos constructivistas, necesita
no sólo de sí misma, sino del contexto social que la soporta. (Chávez,
2007)
Gran parte de las propuestas educativas
giran en torno al concepto de Zona de Desarrollo Próximo (ZDP) y al de la
mediación. Vygotsky define la ZDP como la distancia entre el nivel real de
desarrollo, determinada por la capacidad de resolver independientemente un
problema, y el nivel de desarrollo potencial, determinado a través de la
resolución de un problema bajo la guía en colaboración con otro individuo más
capaz. Cfr. (Chávez, 2007)
El Aprendizaje Cooperativo es un término
usado para referirse a un conjunto de procedimientos de enseñanza que parten de
la organización de la clase en pequeños grupos mixtos y heterogéneos donde se
trabaja conjuntamente de forma coordinada entre sí para resolver tareas
académicas y profundizar en su propio aprendizaje. Dos psicólogos sociales, los
hermanos David y Roger Jonhson, lo han definido como aquella situación de
aprendizaje en las que los objetivos de los participantes se hallan
estrechamente vinculados, de tal manera que cada uno de ellos sólo puede
alcanzar sus objetivos si y sólo si los demás consiguen alcanzar los suyos.
Cfr. (Chávez, 2007)
La teoría del aprendizaje situado y comunidad de
práctica
La teoría del aprendizaje situado y
comunidad de práctica desarrollada por Jean Lave y Etienne Wenger. La teoría
del aprendizaje situado hace hincapié en el carácter relacional y negociado del
conocimiento y del aprendizaje, el cual se desprende de una acción de
compromiso con el aprendizaje por parte de los individuos involucrados, el
aprendizaje se produce con mayor eficacia dentro de las comunidades. Lo que
representa aprender en función de formar parte de una comunidad. El contexto de
los individuos al contexto de la comunidad, conduce a un cambio en el que se
entiende el aprendizaje como el desarrollo de una identidad como miembro de una
comunidad y llegar a tener habilidades de conocimiento como parte del mismo
proceso. Cfr. (Lave & Wenger, 1991)
Las interacciones que tienen lugar
dentro de una comunidad de práctica tales como; la cooperación, la resolución
de problemas, la construcción de la confianza, la comprensión y las relaciones
sociales tienen el potencial de fomentar el capital social comunitario que
mejora el bienestar de los miembros de la comunidad. La idea que el aprendizaje
es más eficaz cuando se lleva a cabo en las comunidades, afirmando que los
resultados académicos y sociales mejorarán sólo cuando las aulas se conviertan
en comunidades de enseñanza y aprendizaje. Las comunidades de práctica por
supuesto, no se limita a las escuelas, sino que abarcan otros escenarios como
el lugar de trabajo y otras formas de organización social. Cfr. (Lave
& Wenger, 1991)
El aprendizaje implica participación en
una comunidad, dejando de ser considerado como la adquisición de conocimiento
por individuos para ser reconocido como un proceso de participación social en
el que la naturaleza de la situación impacta significativamente. A estas ideas
las llaman proceso de participación periférica legítima, puesto que el nuevo
participante, que se mueve de la periferia de la comunidad hacia el centro,
llegará a ser más activo y a estar más comprometido con la cultura y asumirá
una nueva identidad. El aprendizaje es el resultado de formar parte
de comunidad. Cfr. (Lave & Wenger, 1991)
Jean Lave y Etienne Wenger desarrollan
el concepto comunidad de práctica o comunidad de conocimiento para manifestar
la importancia de la actividad como nexo entre el individuo y la comunidad, así
como de las comunidades para legitimar las prácticas
individuales. El aprendizaje social, el significado y las
identidades son construidos en las interacciones, mientras que la construcción
de estos significados e identidades es influenciada por el contexto en el que
se inscriben. En las comunidades de práctica no hay separación entre el
desarrollo de la identidad y el desarrollo de conocimiento, ambos interactúan
recíprocamente mediante el proceso de participación periférica legítima en el
contexto de una comunidad de práctica. Cfr. (Wenger, 2001)
Una comunidad de práctica se define a
sí misma a lo largo de tres dimensiones: su empresa conjunta es comprendida y
continuamente renegociada por sus miembros, el compromiso mutuo que une a sus
miembros juntos en una entidad social y el repertorio compartido de recursos
comunes (rutinas, sensibilidades, artefactos, vocabulario, estilos...) que los
miembros han desarrollado a lo largo del tiempo. Varios autores ven la teoría
del aprendizaje situado y comunidad como una teoría del aprendizaje social la
cual considera a las comunidades sociales como lugares privilegiados para la
adquisición y creación de conocimiento. Tales comunidades constituyen el
contexto para desarrollar una práctica como un proceso activo, dinámico e
histórico de participación en la negociación de significado en el que
paralelamente se construyen las identidades de los participantes y su
aprendizaje. Cfr. (Wenger, 2001)
Una comunidad de práctica se define
como aquella en la que se suceden una serie de prácticas que son el resultado
de un aprendizaje colectivo y que se sostienen a lo largo del tiempo por la
incesante búsqueda de una empresa compartida entre las personas. Incluye
también los significados que adquieren las acciones en un determinado contexto
social e histórico, incluyendo: Un sentido, una comunidad y un aprendizaje.
Cfr. (Lave & Wenger, 1991)
Un sentido. Se construye a partir de un
proceso de negociación que abarca la interacción de dos procesos: la participación
y la reificación (dar forma a nuestra experiencia mediante la producción de
objetos). Una comunidad de práctica produce abstracciones: herramientas,
símbolos, historias, conceptos… que ratifican o representan algo de esa
práctica en un formato concreto, en un objeto; estos productos son un reflejo
de esas prácticas. La participación y reificación son pues dos mecanismos que
representan la conjunción de los procesos de explicación, interpretación y
formalización en la construcción de sentido para la práctica. Cfr. (Lave
& Wenger, 1991)
Una comunidad. Asociar la práctica con
la idea de comunidad implica mencionar tres dimensiones: el compromiso muto, la
empresa colectiva y el repertorio compartido. La comunidad tiene un alto
compromiso mutuo de los participantes. Por eso no es sinónimo de grupo, equipo
o red. Hay relaciones profundas de compromiso mutuo organizadas alrededor de un
objetivo en común. Dicho compromiso implica desarrollar a su vez un repertorio
compartido de recursos utilizados en el proceso de negociación mediante el cual
se constituye un sentido para la práctica. Por último, se destaca que la
pertenencia se define por el grado de compromiso con una determinada práctica.
Cfr. (Lave & Wenger, 1991)
Un aprendizaje. Una comunidad de
práctica puede mirarse como un conjunto de historias de aprendizaje
compartidas, las prácticas son historias de compromiso mutuo que implican
negociaciones para definir una empresa colectiva mediante el desarrollo de un
repertorio colectivo (recursos), el aprendizaje en la práctica está conformado
por los procesos que hacen a la esencia de cada una de estas dimensiones. Lo
que se aprende, concretamente, es la práctica misma. Cfr. (Lave &
Wenger, 1991)
En relación a las escuelas, éstas
deberían ofrecer nuevas formas de identificación y negociabilidad, nuevas
formas de pertenencia para generar el empoderamiento de significado. El
desarrollo de la identidad es crucial para las instituciones educativas, éstas
deben centrarse en permitir que los estudiantes se apropien del conocimiento
mediante instancias de reflexión y
negociación. Cfr. (Riscanevo-Espitia, 2016)
Al igual que en una comunidad de
práctica se define como aquella en la que se suceden, deseamos implementar no
solo prácticas, sino culturas de investigación que afecten la mejora de gestión
y el aprendizaje de los alumnos, producto no solo de un aprendizaje colectivo;
pero si de los acuerdos comunitarios, sostener la comunidad con la participación
compartida entre los docentes.
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